Rebuscando en el baúl de los recuerdos, en pleno siglo XXI, no solo abrimos un baúl o una simple caja de viejos trastos inútiles, sino que abrimos un nuevo mundo plagado de objetos maravillosos que nos trasladan a otros tiempos, otros lugares e incluso otras creencias totalmente diferentes a las ya conocidas. Otro mundo diferente se abre ante nuestros jóvenes e inexpertos ojos y nos adentramos en él como si nos adentrásemos en los recuerdos de un familiar, ya lejano de nuestro perfecto mundo físico, al que un día todos estos objetos pertenecieron.
Sin embargo, todos estos objetos que ahora despiertan nuestra inquietud puede que simplemente pasasen sin pena ni gloria por la vida de de su verdadero dueño, o por el contrario, tuviesen un valor especial que ya nunca podremos averiguar. Pero ahora es el momento de desempolvarlos …
A pesar de haberme encontrado con distintos objetos, en su mayoria trastos viejos sin aparente utilidad , solo unos pocos me llaman poderosamente la atención, unos objetos cargados de misterio no solo por su antigüedad sino también por la distancia que me separan de su origen, una distancia no solo física, también mental.
Documentos de identidad, hoy en día inservibles; anillos que aun conservan su brillo; un reloj que todavía marca perfectamente las horas; fotografías repletas de gente en sus tiempos jóvenes que ni siquiera conozco; un mate y su bombilla, que como buena pareja no se han separado el uno de la otra en largos años de soledad; algún que otro panfleto propagandístico de un equipo de fútbol, nombrado Mejor Club del Siglo XX de Sudamérica por si todavía existe algún "bolso" desinformado; y especialmente y en lo que centrare mi atención a partir de este momento: un monedero cargado de billetes y monedas pertenecientes a la República Oriental del Uruguay.
Es en este instante en el que surgen preguntas: porqué este objeto y no otro, esta viejo, cubierto de polvo, huele a humedad y ademas a estas alturas creo que a dejado de tener valor oficial; pues es muy simple, las monedas y billetes del interior del monedero resumen perfectamente la historia del país al que pertenecen; no hay que olvidar que junto a la bandera, la moneda es el símbolo de un país, toda una historia acuñada en sus dos caras, que ha pasado de mano en mano, de bolsillo en bolsillo y de cartera en cartera a lo largo de los años.
Entrando en materia, esta moneda es el peso uruguayo, moneda de curso legal de la República Oriental del Uruguay. Desde tiempos de la colonización circularon monedas de todos los diferentes regímenes que habían ejercido poder en el territorio: España, Portugal, el Imperio Británico, las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio del Brasil. También circularon monedas de México, de Potosí y del Banco Nacional de Buenos Aires. Es en 1840 cuando se crean las primeras monedas con símbolos nacionales. En 1862 se instaló el uso del peso. La primera emisión de billetes por parte del Banco de la República está fechada en 1896. Se imprimieron billetes de $ 0,50, $ 1, $ 5, $ 10, $ 50, $ 100 y $ 500, todos convertibles en oro o plata. En agosto de 1914 se abandonó la convertibilidad con el oro. Esta moneda estuvo en circulación hasta 1975, cuando se implanto la circulación del Nuevo Peso Uruguayo; y posteriormente en 1993 volvió a aparecer el Peso Uruguayo, todavía en circulación.